Primer museo de artes digitales del mundo en Tokio
En la actualidad, somos increíblemente afortunados de estar tan bien conectados por Internet. No solo podemos hablar con nuestros amigos y familiares, sino también divertirnos, sea lo que sea que sea divertido para nosotros. Ya sea pasando el rato en Internet buscando un codigo promocional betano o una buena transmisión de partidos deportivos, o viendo una galería en línea.
Nuestro arte tiene múltiples limitaciones al pasar del concepto a la materia, limitaciones tanto de forma como de alcance. La llegada de lo digital ha sido un cambio radical en la forma como percibimos y apreciamos las obras de arte en nuestra era, por eso no resulta una sorpresa que ya exista el primer museo de artes digitales del mundo.
Ubicado en Odaiba, Tokio, es una exhibición creada por el colectivo de arte teamLab y ofrece al público una experiencia artística inigualable, cargada de profundidad, calma, belleza y tradición.
Artes digitales: sin fronteras, sin límites
El colectivo teamLab fue formado en el 2001, contando entre sus filas a animadores, matemáticos, arquitectos, artistas gráficos, programadores y demás expertos, y en el 2018 abrieron las puertas del Mori Building Digital Art Museum: teamLab Borderless al mundo entero.
El edificio está equipado con 520 ordenadores y 470 proyectores al servicio de complejos algoritmos que crean imágenes en tiempo real capaces de interactuar entre ellas y con los espectadores, todo esto al servicio de un solo objetivo: liberar el proceso artístico de toda restricción física y sumergir por completo a los espectadores en los entornos simulados.
teamLab asegura que este es mucho más que un museo de artes digitales: es una experiencia expansiva y cambiante destinada a generar la reflexión en su espectador, haciéndole cuestionar su percepción espacial y considerar sus conexiones con la naturaleza y los otros seres vivos.
Principios y temas del museo
Las obras que componen las distintas exposiciones se rigen bajo principios similares: reaccionan al comportamiento del espectador o los espectadores, interactúan entre ellas y sus elementos, sumergen al espectador, etc.
En su mayoría son experiencias estéticas que digitalizan la naturaleza, la gastronomía o las ciudades japonesas en el estilo pictórico pre-moderno del siglo XIX, buscando imitar su aproximación a la perspectiva y a la profundidad. Esto se hace mediante un proceso donde se crean espacios y objetos en 3-D para luego aplanarlos.
Los curiosos o interesados podrán sumergirse en el ciclo continuo de vida y muerte de la vida vegetal, caminar sobre topografías luminosas que aparecen y desaparecen, contemplar el bello vuelo de enjambres de mariposas y demás cosas que ofrece este museo de artes digitales.
¿Por qué visitar el museo?
Aunque bellas y placenteras, las obras y el museo de artes digitales buscan mucho más que solo entretener o maravillar al espectador: buscan cambiar su forma de entender el mundo.
El mejor arte es aquél que te cambia después de entrar en contacto con él, y el museo de artes digitales de Tokio es justo lo que nuestros tiempos necesitan: un espacio para la conexión, sin fronteras ni restricciones.